Acostumbrada a días grises,
días eternos,
convertidos en meses...
Cansada de indiferencia,
de esa,
que te consume la existencia...
Me volví pequeña...
Y me fui, lejos de aquí...
Y ahora...
Habiendo logrado ya,
convencerme de que es mejor sin ti,
vuelves...
con palabras bonitas,
con promesas perfectas.
Ahora...
Esperas que vuelva,
que confíe,
que me guíe.
Y parece ser perfecto...
Pero el encantamiento,
al tercer día se convierte en sueño.
En la pesadilla de un buen sueño,
en al utopía de los sentimientos...
Y al tercer día, ahora,
solo queda la convicción,
de que los cuentos, cuantos son,
que cenicienta sólo hay una...
Pero sabes que volverá,
con un primer día,
y volverá a llegar el tercero...
Y así, hasta que vuelvas a cansarte,
y así, hasta que el cuanto acabe.
días eternos,
convertidos en meses...
Cansada de indiferencia,
de esa,
que te consume la existencia...
Me volví pequeña...
Y me fui, lejos de aquí...
Y ahora...
Habiendo logrado ya,
convencerme de que es mejor sin ti,
vuelves...
con palabras bonitas,
con promesas perfectas.
Ahora...
Esperas que vuelva,
que confíe,
que me guíe.
Y parece ser perfecto...
Pero el encantamiento,
al tercer día se convierte en sueño.
En la pesadilla de un buen sueño,
en al utopía de los sentimientos...
Y al tercer día, ahora,
solo queda la convicción,
de que los cuentos, cuantos son,
que cenicienta sólo hay una...
Pero sabes que volverá,
con un primer día,
y volverá a llegar el tercero...
Y así, hasta que vuelvas a cansarte,
y así, hasta que el cuanto acabe.
Y después, VUELA,
vuela libre Princesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario