martes, 18 de enero de 2011

Ella, sola...
Sentada en su sillón,
mirando la televisión,
con una foto de su amor.

Él,
marido ejemplar,
con el que compartir el resto de sus días.
El que cualquiera desearía,
o tal vez no.
Pero para ella,
era el amor de su vida.

Él ya no está.
Ella lo sigue viendo cada noche,
a cualquier hora,
en cualquier recuerdo.

Ella nunca lo echó,
él nunca se marchó.
Y así quedó su amor,
implacable.
Intacto en el tiempo,
y en su corazón.

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